Cuando el
oro descuella ominoso
y la
sacristía transparenta la ambición
un báculo
con una cruz en el poder
emerge
entre las llamas del infierno.
Alba del
trono vistiendo al apocalipsis
hace
amanecer el anillo nepotista
para
castigar a los besos humillados
sobre la
condena de la corrupción.
Incestuosos
fornican el pálio y la mitra
como Cesar,
Lucrecia, Alejandro
que
consagran al grey en el pubis
dando al eclesiástico
la ramera de Dios.
E intentan
ocultar bajo la casulla
toda la obscenidad
de las cúpulas
donde proclaman
las riquezas
del sumo pérfido
a la gobernación.
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