AMADA

Y me llueves, congojas
triste por el desdén de tu alma
cuando en mi pecho un cerrojo
diluvia la escisión cual sufro. 

Me besas con nubes repulsas
condenas las gotas al despojo
por ser enjalma de tormenta
estruendosa querella donde lloro.

Me escampo bajo el soplo
con exhalación de misivas 
implorantes como golondrinas
que a tu desaire impetran luz
para romper la cisma del ayer.

Porque me "atercipelo" en tu hijo
entre la ventisca y la ternura
anhelando junto al sol sesgado
poder ver al zaguero desprecio caer. 

MUJER TRAS MUJER

Atrapadas en el mismo velo
atrás de delicado urdimbre
se transparenta nuestra piel
y los tules incoan por decaer.

Somos el sublime aljófar
de un eslabón de cristal
que anuda entre linos
a los cuerpos en libertad.

Descubiertas por los miedos
como perlas sobre el satén 
se pulen femeniles las fauces
al regar agua marina en el ser.

Nos encierra la tela bajo soledad
yo, porcelana de brillo artificial
tú, dueña inherente de la claridad
resguardando luz para perdurar.

Es imposible emular a una rosa
o inspirar con ardid la sensualidad
para amalgamar a nuestros tejidos 
el amor de mujer a mujer da la verdad.

LETAL, FATAL, MORTAL

Cuestión de confesar
al embeber perniciosa 
la sangre en lascivia 
se envenena la lírica.

Mortífera
de joyas frías
de piel ígnea
lucra en su savia
como furcia de poesía.

Ángel aciago
destellará la triada
de puta
de amada
de musa
bajo la trova y gracia.

Tropel de encantos
besará con vesania
al plectro extasiado
por los ojos dominantes
por la desnudez atrevida
por un culo fascinante
por una felación a la herida
por este poema que asesina.   

ARTíFICE

En cada umbrío socorro, te clamo
en la progenitora mentira, te hiero
en el umbral de mis sueños, te hallo.

Podría cubrirme con la luz de la mañana
o cortar mi sangre con la noche pagana
pero prefiero ser un beso, un artificio.

En la incondicional compañía, te persigo 
en todos mis miedos derrotados, te abrazo
en el disimulo de lo áspero, te quiero.

Llegaría a saltar de la maldita peana
o crucificar las redes entre amarguras
mas recuerdo que de tu mano me creo.

En la desahuciante tempestad, me cubres
en la bondad de una sonoriza, me entiendes
en medio de tu mirada paterna, me mantengo.