PINTURA

En lienzo temperamental
plasmo colores insumisos.

Los trazos de mi pincel
enjalbegan en las guerras
la valentía de la acuarela.

Con revolucionarios visos
doy carácter al bosquejo
para hacerme indestructible
en la tela, la vida, las tientas.

Fino dibujo está imponente
refuerzo con indómito barniz
un cuadro difícil de doblegar
nunca enmarca a los inicuos
porque el retrato es rebelde.

EPITAFIO

Mis manos estarán álgidas
en silencio llorará mi trova
cuando lirios coronen, tu frente
y prenda al cirio entre sombras.

Mas, guantes blancos escribirán el secreto
con fascinante suavidad, una lágrima
recorrerá el frescor de tus labios dormidos
¡yo seré el clavel de las mantas paradas!

Me esconderé entre los jarrones
pernoctaré invisible en tu vientre
en el ocaso, cuando tú, te hayas oreado
se desvanecerán en el aire mis ansias.

Mi corazón, derramará sigilosa elegía
ocultos estarán mis besos en las rosas
con los dolores callados me despediré 
¡yo continuaré como el ignoto amante!

CABALLERO SUAVEGNON

Posee cándida sonrisa de grosella
y fuerte estructura en la mirada.

Sujeta el coloquio de mil nobles
afloja encarnada elegancia marrón.

Reside en él, un ácido amante
con labrados azulados, encrespa.

Presenta tactos de alcoholes altos
acaricia con dejo de frutos paganos.

Atizona al interior un roble incansable   
en pesquisa de acuosas aventuras.

Expresa osadía como valiente opaco
estira la suave alfombra a las rosas.

Une con sapiencia los cristales rotos
un ebanista del subsuelo de tientas.

Trotamundos nunca deja residuos
solo desciende el cierre de un vestido.

Pone crátera donde mezcla con donaire
un quijotesco y una dulce, en puro vino.

MARIVITA

No me traspases con amor exorbitante
solo quiero tener punto de vehemencia 
déjame soplar tu forraje con inventiva
téstame morderte con cetrina voracidad
bríndame el reclamado sabor incendiado
regálame un exiguo verdoso y picante.

Te pretendo recorrer en duro cobalto
y entre mis manos poseer tus bayas
para abrir lento tus abanicos afrutados.

Deseo dormir debajo tus flores púrpuras
y relajarme en los altos picos de tu fronda
cuando te convierta en ilegal sanadora
al exhalar el humo libertador del dolor.

Eres la gloriosa reina del cáñamo índico
la diosa fumada del sexo y secreción savita
que cuando está sobre mi excitado mechero  
me brinda sus delicadas caricias y narcotiza.

TENTACIÓN DE CONFESIÓN

Vengo a confesar tu errata
usufructúas el epígrafe de rey
y nos pones atestiguar tu yerro.

En el sagrario intentas gobernar
repujado en pan de oro
y esculpido por Legarda
cincelando redención de cielo.

Por tu culpa…
por tu grandísima culpa
las piedras fornican con lascivia
la cúpula circula con cobardía
y la cruz martilla a las míticas.

Y te acuso que has pecado copioso
por pensamiento, obra y omisión.

Los clérigos violan rectilíneos los derechos
y asesinan cautos a quien no es Adán ni Eva
y tú, solo sospechas con palabras helénicas.

Y vengo a interceder al clero edificado
sobre la sangre de los fieles e idolatras.

Porque esta sagrada creación tienta…
Ahora dime, quién de los dos es más pecador.

SAXOFÓN DE AMOR

Soplemos a nuestro amor, así
con los sonidos no inscritos.

Hagamos resonancia perfecta
por los abrazos excitados
la danza de palabras, no va.

Registremos a nuestro amor, así
con sensual sonsonete comenzar
a saltar los botones, la ropa no va.

Toquemos a la melodía directa
en nota bemol, los cuerpos se hallan
las figuras, en matiz penetrante se jalan.

Emocionados, los bullicios de afuera no van
contralto dando romanza concreta… así    
al amor algo velado en una forma convexa.

Los pabellones cóncavos se entallan y van
juntando sonoridad de los besos y quejos
al abarcar la locura en cinco octavas y media.  

Junto al intenso ritmo del saxo, nuestro amor es así.

VICTORIA

Invictas respuestas
construyendo mi aureola.

Borrascas mordían mis tobillos
ahora camino templada.

En mi bolsillo yacía un cerillo
hoy hiperventilo mi traza
y enciendo los trofeos.

Exquisito final
“infragilidad”
inexistente debilidad
soy la fortaleza inmortal.

Aquí me planto
con irreverencia a los descalabros.

Soy una lanza
apuntando al derecho sin revés.

En mi corona llovizna fuego    
por quemar lo pretérito
y "azularme" en la palma
donde los rayos suenan
a gloria
a encomio
a enemiga del desasosiego.

Arriba me acaudillo
para llegar al triunfo atmosférico.