Posee
cándida sonrisa de grosella
y fuerte
estructura en la mirada.
Sujeta el
coloquio de mil nobles
afloja
encarnada elegancia marrón.
Reside en
él, un ácido amante
con labrados
azulados, encrespa.
Presenta
tactos de alcoholes altos
acaricia
con dejo de frutos paganos.
Atizona al
interior un roble incansable
en pesquisa
de acuosas aventuras.
Expresa osadía
como valiente opaco
estira la
suave alfombra a las rosas.
Une con
sapiencia los cristales rotos
un ebanista
del subsuelo de tientas.
Trotamundos
nunca deja residuos
solo desciende
el cierre de un vestido.
Pone crátera
donde mezcla con donaire
un quijotesco
y una dulce, en puro vino.
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