VEN CÁLIZ PARA MI ESTÍO

Se sofoca en broncíneo
el verano de la piel
se asola del deseo
la avidez por placer.

Sed entre la desnudez
al borde canicular
que emana el interés
de la fruta pasional.

Vino granate
dulce intrigante
amargo provocador
a mi garganta el ajetreo
y a las entrañas el calor.

Bayas de sensualidad
a orillas de la agitación
se bañan en fogosidad
para invocar la convulsión. 

Sí, vencedor del fuego
ven acariciar carámbano
adentro de un elixir
por engullir al éxtasis
donde quema mi cuerpo. 

LILITH

Frío nocturno, te aturdes súcubo
pasmas al pensamiento sin argüir
la cisma de la razón y el corazón.

Bella Lilith, escapas al rojo recóndito    
para encepar a los amantes, los siervos.

Bruja de perverso aladar  
incineras con iniciativa el Edén
y desaíras a Adán por ser fiel.

Errática braga
sobre el secuestro de sueños     
intentas seducir.

Las sortijas se pudren en tu juicio
por la ninfomanía de un demonio  
que se atraganta con tritones.

Cuando la polución nocturna
derrama el germen de los varones   
conquistas la locura excitada
donde quemas al placer y los dragones.

PITONISA ASEGÚRAME LA ELISIÓN

Profetízame…
con la supresión de esa vocal patriarcal.

Adivíname…
el final de mi doctrina en figuración sensual.

Vaticíname…
por la justa propugna del implantar feminidad.    

Preságiame…
sobre la marcha de las putas en plena libertad.

Anúnciame…
para ser sumisa cuántas vaginas deben corchar.

Veme…
el marxismo de mujeres que nunca va a callar.

Intúyeme…     
que conocí al elipsis del machismo sin soberanía.

Presiénteme…
la fémina emancipación de los golpes, la vesania.  

Lúchame…
para iluminar la decisión del cuerpo cual gobierno. 

Ampárame…
bajo el bullicioso feminismo de mis silencios.

NUESTRA REVOLUCIÓN

Si nuestra revolución implora una palabra
pues que de mí emerjan fieles versos.

Nuestra revolución en el paraíso
entinta la libertad de áureo, cobalto, sangre  
para engrandecer un cóndor en el firmamento.

Jamás endeble, jamás extenuada
a nuestra revolución no podrán romper ni rendir.  

Y aunque los enviciados compren a la prensa
yo atesoraré en poesía al verde democrático.

Haz de la patria de mi cuerpo la gran revolución   
y serás amante en supervivencia del colonialismo.

Incluyente lírica se presenta ante su merced  
jefe de todos los poderes humedece mi altar
bajo mis rimas la pobreza, en mi piel, se secará.

Por doquier brillará la sensualidad
soy revolución y el aliento de la verdad
cortando con mi seducción el capital.

En esta lucha elegíaca y epicúrea
pondré treinta veces la revolución
cuando en S las granadas amenacen        
y osen liquidar la correa de mi decisión.

LA MUERTE DE FLORA

Dime por qué a esa flor
la marchitaron sin comprender
que brotó varón y hembra quiso ser
para entallecerse femenina con poder.

Escarpada arboleda
la podó una y otra vez
quid sin la original masculinidad
en el fragoso prado no podía yacer.

Fueron sus pétalos tivio-letas 
la deuda para los crueles alpinos
cuando de lavanda medró al sexo
por bella polinizar al capullo ambiguo.

Fenece bajo nieve la “desnaturaleza”
y expide azufre en la noche la falsa rosa 
al implorar el surgimiento de otra transgresora
que devoré a los hierbajos y prejuicios de la fronda.

REGAZO GUARDIAN

Momentos a las faldas de existir
fue ese día cuando aferré la vida
y me refugié en tu vientre, bendita.

Dios sabe que ese día, yo me salve
me amamante adentro del amparo
para sobre tu mano poder nacer.

Mi querer recuerda aquel día…
me está mirando, me está cuidando
me está amando, yo me repetía.

Aunque me aleje de tu mirada
nunca me abandonará la guarda
en tu calor por el resto de mis días.