LA MUERTE DE FLORA

Dime por qué a esa flor
la marchitaron sin comprender
que brotó varón y hembra quiso ser
para entallecerse femenina con poder.

Escarpada arboleda
la podó una y otra vez
quid sin la original masculinidad
en el fragoso prado no podía yacer.

Fueron sus pétalos tivio-letas 
la deuda para los crueles alpinos
cuando de lavanda medró al sexo
por bella polinizar al capullo ambiguo.

Fenece bajo nieve la “desnaturaleza”
y expide azufre en la noche la falsa rosa 
al implorar el surgimiento de otra transgresora
que devoré a los hierbajos y prejuicios de la fronda.

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