Vengo a
confesar tu errata
usufructúas
el epígrafe de rey
y nos
pones atestiguar tu yerro.
En el
sagrario intentas gobernar
repujado
en pan de oro
y
esculpido por Legarda
cincelando
redención de cielo.
Por tu
culpa…
por tu
grandísima culpa
las
piedras fornican con lascivia
la cúpula
circula con cobardía
y la cruz
martilla a las míticas.
Y te
acuso que has pecado copioso
por pensamiento,
obra y omisión.
Los clérigos
violan rectilíneos los derechos
y asesinan
cautos a quien no es Adán ni Eva
y tú,
solo sospechas con palabras helénicas.
Y vengo a
interceder al clero edificado
sobre la
sangre de los fieles e idolatras.
Porque
esta sagrada creación tienta…
Ahora dime, quién de los dos es más pecador.
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