AMADA

Y me llueves, congojas
triste por el desdén de tu alma
cuando en mi pecho un cerrojo
diluvia la escisión cual sufro. 

Me besas con nubes repulsas
condenas las gotas al despojo
por ser enjalma de tormenta
estruendosa querella donde lloro.

Me escampo bajo el soplo
con exhalación de misivas 
implorantes como golondrinas
que a tu desaire impetran luz
para romper la cisma del ayer.

Porque me "atercipelo" en tu hijo
entre la ventisca y la ternura
anhelando junto al sol sesgado
poder ver al zaguero desprecio caer. 

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