TREINTA Y UNO DE DICIEMBRE

Los subversivos rugidos del tigre
han vuelto a atronar ecos en mí.

Colmillos quieren “carnivorizar”
metas, propósitos y éxitos
adentro de un conjunto unitario
cuando el tigre salta felicidad…

Entre florecientes edificios desechos 
e inocentes cardos polinizando putas
ese tigre descendió en cenizas
para dejar las garras al escarlata
y agredir al mundo con la mirada.

Después de una piel de cristal
después de una rebeldía imponente
el tigre nació a orillas de la muerte.

Pero el tigre ha despertado otra vez
súper feroz, porque le guía venéreo poder
con incontables manchas líricas en su ser.

Dicen que a los veintisiete se triunfa o se fenece
sin embargo, este tigre ya está victorioso
dando la recibida a un año más de su vida.

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