el odio quema, supura
segrega, discrimina
quiebra en mil cristales
la legal luneta interna
de un cúmulo de colores.
Estalla a la nebulosa
meteoriza la aversión
tiñe al astro de fobia
abomina visos diversos
de la constelación sexual.
Aquí y ahora
los grises son todo y nada
los verdes "raízan" al mundo
los purpuras pintan lujuria
los azules calman y curan
las tonalidades contra la tirria
crean un lucero a la humanidad.
Maldice a la ignorancia
chispea con consideración
encala al cuerpo con respeto
erosiona gestos de desprecio
fusiona con el universo sexual.
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