En un
dédalo, de color marrón
con
espinas y ramas, apuntando
a los
motivos, de mi confusión.
La
impaciencia se tinta de gris
y mis
pasos inquietos, se aceleran
para
encontrar la salida del sol.
Las marañas
ocupan mi mente
el desasosiego
dobla mis rodillas
y
desciendo al suelo y frustración.
Es el
caos, de la mortal existencia
cuando derramo
pesadas medallas
en las
encrucijadas, de mi camino.
Colapsado
grito y espanto el barullo
de
grescas paredes, que me rodean
con el inquirido vislumbres, de la luz.
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