Si
arcilla explotará en mi existencia,
plegarias
“luzbeladas”
serrarían
a los cuatro vientos.
Si los
sueños no aparecieran dorados,
preces
mirando al cielo
se
convertirían en fuego del infierno.
Si su
hacha cortará mi cigüeñal,
imprecación
de Lucifer
le
clavaría a la cruz y a su dueño.
Si no
floreciera en el mañana,
bóveda
maligna
devastaría
con los ojos a los querubes.
Soy el
maldito Guayacán “acropólizando” belleza
pero si
el altísimo llegará a talar a mis rizomas
haría de
esta divina bestia su eterna sentencia.
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