Ojos
fieros de mujer
pasman a
la luna brava
con
navajas acechadas.
Es veneno
“embobante”
en cuerpo
descubierto
al
desnudo ensimismado.
La pasión
embruja
un
arrobamiento carnal
sobre el
ruin crepúsculo.
Se
extasía la soledad
la
guitarra se pone a llorar
sortilegio
envolvente caerá.
Las
caricias de azahar
perfuman
las flores negras
y un
latido infame tiembla.
Son
fascinaciones de placer
las
puñadas del averno
que
seducen marchitadas.
Esas en adoración
malvada
encantan sensualmente
cautivan
y de pronto matan.
¡La vida
a la muerte!
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