Algún día
llegará el frío a mí
sin miedo
lo espero recibir.
Forjo en
el fuego una espada de hierro
para la
visita de una pacífica amiga atender
y no
deseo su canasta de tristeza y desolación.
Hasta que
la muerte nos separe dijo el sacerdote,
hoy en mi
mente retumba una aguda voz
diciendo,
blanca vendrá apoderarse de mi cuerpo
con una
sutil mano vendará mis ojos
y enterrará
mis restos para llevarse mi esencia.
Burlarme
de ti no puedo
en tu
victima me convertirás
llevándome
por el cielo y el infierno
en otro envase
mi alma algún día espera regresar.
Me
congelo en belleza porque ese será mi fin
escuchando
una dulce canción su cuchillo enterrará en mí
para
liberarme en la realidad del misterio de mi muerte.
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