En una
lluvia de diamantes
el demonio
se paró frente a mí
con un
espejo de reflejo azul
me convirtió
en muñeca desgastada.
Es un
frío ángel de ojos negros
que me
hizo perder el suelo y el mar
dejándome
un rostro de sirena sin color.
El cielo destellante
se despeja
con el
rojo escarlata de mi alma
abriendo
mis heridas desgarradas.
Quieren
despertar a los verdugos
en
silencio y lentamente mis lamentos
de ser la esclava de este dolor.
Mortal !!!! ...
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