LASTIMADA



En una lluvia de diamantes
el demonio se paró frente a mí
con un espejo de reflejo azul
me convirtió en muñeca desgastada.

Es un frío ángel de ojos negros
que me hizo perder el suelo y el mar
dejándome un rostro de sirena sin color.

El cielo destellante se despeja
con el rojo escarlata de mi alma
abriendo mis heridas desgarradas.

Quieren despertar a los verdugos
en silencio y lentamente mis lamentos
de ser la esclava de este dolor.

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