Sumergida
en deprimidas noches
cuantas
veces intenté morir
los
golpes de mi alma eran fuertes
la
tristeza ahogaba mi vida.
Torturada
en letales tormentos
la
presencia de un ángel me iluminó
mis
sonrisas fueron dulces regalos
de a
poco mi corazón sintió calor.
Deslumbrada
por una tierna ilusión
encontré
el auxilio de tu mano
tu
amable voz llamó a mi inspiración
sin
dudas corrí hacia tus brazos.
Flotando
en la luz del encuentro
mi
cabeza descansó en tus hombros
tenías
una frágil niña para cuidar
celeste
día no deseaba culminar.
Alcanzando
las estrellas de felicidad
a las
nubes arribamos con tu amor
el
brillo de tus ojos eliminó la obscuridad
tus besos me
devolvieron el aliento para vivir.
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