Un corazón
remordido cierra los ojos
y escucha
una voz desmerecedora
cerrando
todas las puertas de felicidad.
No quiere
ser la victima
No quiere
ser el verdugo.
Maldito
veneno del pasado rondas sus pasos
destruyendo
los sueños del corazón.
Apareces tú
en lo profundo como una
pequeña
vela encendida con la llama
de la ilusión.
Y el duro
corazón pierde el suelo,
la cabeza
y la razón.
El frio corazón
no quiere sentir el
remordimiento
de quemar a lo divino
no quiere
que toques sus manos
no quiere
ser tu amor.
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