SUSPIRO UN MARINERO

Qué venga un marinero
de torso raso y enérgico
de barco férreo y fornido
dueño brioso del astillero
al lijar su barba, mis soplos  
y lanzarme su red, muy recio.

Te desvivo, valeroso marinero
protegiéndome, sable afanoso  
de los avispados pescadores,
porque no merman mis ideales
de ser rescatada, del seco vacío
por un valiente guerrero.

Escucha mi canto, marinero
ya no quiero pensar albatros
ansío nadar de bajo su quilla
para con intelecto convierta
mi cola en piernas y rodillas
cuando arranque el bucanero.

Sobre rocas espero marinero
mientras evade las marismas
el murmullo del viento promete
en la playa con arena caliente
construir un vigoroso puerto
donde navegue su viril ferro.

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