En la
madrugada te dejo los colibríes.
En los colibríes
te dejo el canto.
En el
canto te dejo
el sonido.
En el
sonido te dejo el anhelo.
En el
anhelo te dejo
el beso.
En el
beso te dejo
el sentimiento.
En el
sentimiento te dejo el amor.
En el
amor te dejo el sueño.
En el
sueño te dejo el pensamiento.
En el
pensamiento te dejo la mujer.
Para todas
las madrugadas
los colibríes
canten el sonido
de mi
anhelo por darte un beso
y mi
sentimiento de amor sincero
para
cuando despiertes del sueño
sigas
pensando en mí.
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