impidiendo, que trapace la luz
de tu llegada, a mi ventana.
Porque rayos solares, no calentaron
mi portada y mi marchita ilusión
de sentir los intentos, de besarnos.
Porque lanzo al cielo, mis gritos
que me liberen, de la desdicha lluvia
y del tiempo irrumpiendo, en mi paz.
Porque le huyo, a la deseosa noche
para protegerme, de tu seducción
y no pecar en el abismo, de tu piel.
Porque cada día voy, a dar distancia
del terremoto de tus ojos y mis ojos
porque, no me quiero atormentar.
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