TROYA DE UNA MUSA

Tú, me invocaste para iluminar 
con rayos dorados, la inspiración.

Pides, yacer desnuda entre almohadones
para mojar tu pincel, con mi respiración.

Tu blanco lienzo, bastado de egocéntrico
va pintando, las líneas de mi expresión.

Minuciosamente, tu fija mirada capta
los detalles de mi piel, en seducción.

Por lapsos, bebes un añejo Cabernet
al estimular los colores, en perfección.

Dibujas, vaporosos sentimientos etéreos
al desmenuzar, entusiasmado corazón.

Inmóvil y atraída, van cayendo las horas
e imaginar, tus besos atrapar.


Frías y calculadas palabras, dirijo hacia ti
con el afán conquistar, tu interés de besar.

Son mis inmortales ojos, en tu obra de arte
los que acaricias, después de la firma signar.


Yo, pretendía disfrazarme de dulces encantos 
y tú. sin palabras me sorprendes, en instantes
al tomarme entre tus artistas brazos 
y comenzar a amarme, sin posar...
 

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