ENTREGA DE LA NOCHE

De bermellón
inicia el ángelus.

Un cuerpo celeste
impela con luz
enganchando en sus aristas
el paño ataviado
con profundas ínfulas.

Cuarto creciente
se lleva mi ajuar
para ofrendar mi piel
a los rugidos del jaguar.

En la obscuridad
el deseo noctívago
enciende velas.

El céfiro, iza la feminidad
al entregar mi cabello
como la cortina de mis pechos.

Desnuda,
en la alborada
ofrezco al sol amante
la concesión de mi vida
el pudor de mis partes.

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