Sonrisa volátil
juega en primavera
para en
flores violetas
encontrar
la tristeza.
Sonrisa
desdibujada
presume hojas
amargas
por los
laureles fríos
donde
duerme la Gioconda.
Sonrisa,
no te vayas
quiero
girasoles, esta mañana
para
resignarme en la pintura
de una
efigie enigmática.
Sonrisa despoja
mariposas
con efluvios
amarillos
al
convertirse en gardenia
de los
bosque bravíos.
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